Descripción: D:\chlo-web\titul.GIFAño 12. Nº 1


 

COMUNIDADES VEGETALES DE ALTURA EN LOS ALTOS DE CANTILLANA. CORDILLERA DE LA COSTA, REGION METROPOLITANA. CHILE.

 

High mountain plant comunities at Altos de Cantillana. Coastal Range. Region Metropolitana. Chile. 

 

Fernanda Romero* & Sebastián Teillier*

*Escuela de Arquitectura del Paisaje,

Universidad Central.

e-Mail: ferromega@yahoo.es

 

 

INTRODUCCIÓN

 

La Región Metropolitana de Chile se caracteriza por el predominio de lo urbano en el paisaje (Fuentes & Prenafeta, 1988), por su clima mediterráneo (di Castri & Hajek, 1976), y por su accidentado relieve. En éste, se distinguen tres grandes pisos de altitud. El primero está constituido por la Depresión Intermedia y los fondos de valles fluviales, y es el más intervenido por el hombre (Fuentes & Prenafeta, 1988); sobre éste se ubica aquél formado por las serranías costeras y por la precordillera andina, con una altitud menor a 2000 m, donde se desarrollan actividades complementarias a las del primero tales como las agrícolas y las pastoriles;  y el último, el de las zonas altas de la cordillera de los Andes, a partir de los 2000 m; la actividad antrópica aquí es reducida y temporal por las condiciones climáticas desfavorables (Espinoza & Hajek, 1988).  El primero, por albergar la mayor parte de las actividades del hombre, ha sido el más estudiado en cuanto a sus recursos naturales destinados a las actividades silvo-agropecuarias. En el segundo y el tercero, los estudios sobre sus recursos naturales se han enfocado principalmente al reconocimiento de la flora de algunas de las áreas silvestres protegidas por el Estado (SNASPE), como la del  Monumento Natural El Morado (Teillier et al., 1994; Teillier, 2003), la Reserva Nacional Yerba Loca (Arroyo et al, 2002), la Reserva Nacional Río Clarillo (Teillier et al. 2005), y la de la cordillera de la Costa, sector Altos de Chicauma  (García, en prensa). También existe información dispersa y puntual sobre los recursos naturales de otras áreas de estos pisos en las que se han desarrollado líneas de base en el marco de estudios de impacto ambiental.

 

Desde el punto de vista de la protección de la flora y de la vegetación de Chile central; las comunidades de altura se encuentran protegidas, en el P.N. La Campana, en las Reservas Nacionales de Rio Clarillo, Río Blanco, Yerba Loca, y Río Cipreses y en el M.N. El Morado; al nivel particular, destacan los santuarios privados del  cerro El Roble y de los Altos de Cantillana.

 

Los relictos de roble de Santiago (Nothofagus macrocarpa), están protegidos en el SNASPE sólo en el P.N. La Campana, en la cordillera de la Costa, límite norte de la distribución del género Nothofagus en Chile (Muñoz et al., 1996); razón por la que actualmente comunidades similares de los cerros Roble y Cantillana se encuentran bajo el sistema de áreas de protección privada.

 

Finalmente, desde el punto de vista de la flora vascular, la zona central de Chile, definida entre los  32° y 40° latitud sur, se considera como una de las cinco regiones mediterráneas del mundo que en conjunto albergan un 20% del total mundial de plantas vasculares, ocupando apenas sólo un 5% de la superficie planetaria (Cowling et al, 1996); las que debido al alto nivel de impacto antrópico han sido sugeridas para incluirlas entre los hotspots de protección de la biodiversidad del mundo (Arroyo et al.,1999 ).

 

OBJETIVOS

 

El objetivo de este trabajo es dar a conocer las principales comunidades de vegetación de altura del cordón de los Altos de Cantillana, situado en la cordillera de la Costa de la Región Metropolitana.

 

MATERIALES Y METODOS

 

Área de estudio

El área de estudio se ubica en la Región Metropolitana de Chile, a los 33º58’ LS y a 70º58 LW (Figura 1), es el límite entre las provincias de Maipo y  Melipilla. El cordón Altos de Cantillana es parte de la cordillera de la Costa, y sus alturas más significativas son el cerro Horcón de Piedra con 2070 m y el cerro Cantillana con 2281 m, el que es, además, una de las mayores altitudes de la cordillera de la Costa (Figura 1).

 

Si bien no existen datos climáticos para el área de estudio, se obtuvieron de las estaciones meteorológicas más próximas o similares en cuanto a su altitud. Según el Mapa Agroclimático de Chile (CIREN-CORFO, 1990), la estación disponible más cercana al área de estudio es Paine-Aculeo, donde se registran los siguientes valores:

 

-          Temperatura máxima media de enero: 29º C

-          Período de receso vegetativo: 2 meses

-          Duración del período seco: 8 meses

-          Duración del período húmedo: 4 meses

 

De acuerdo con Di Castri & Hajek (1976), el área de estudio está comprendida en la  región mediterránea semi-árida, con mayor constancia termo-pluviométrica en la costa. Las estaciones meteorológicas más cercanas al área de estudio, analizadas en Di Castri y Hajek (1976), son Santiago y Sewell (Tabla 1). Esta última, dadas sus condiciones de cercanía y altitud, presenta datos que podrían ser más semejantes a los del área de estudio (Tabla 1). El único antecedente específico de clima local se refiere a las precipitaciones de las laderas de los altos de Cantillana que miran al oeste y suroeste, donde la caída anual de lluvia alcanza los 1000 mm. Además en las cimas altas caen nevadas en invierno que alcanzan hasta 1,5 metros de espesor (SAG, 1979).

 

Desde el punto de vista geomorfológico, en el sector, la cordillera de la Costa se reanuda después de la interrupción que genera el paso del sistema fluvial Maipo-Mapocho. De acuerdo con la interpretación de la carta topográfica Cerro Cantillana, escala 1:25.000, (IGM, 1991), el área de estudio corresponde a una meseta que se extiende de norte a sur con una longitud de 7,5 kilómetros aproximadamente, y un ancho que fluctúa entre 0,5 y 2 kilómetros. El concepto de meseta, en un sentido amplio, es cualquier superficie elevada rodeada por vertientes abruptas (Strahler & Strahler, 1997).

 

El cordón Altos de Cantillana comprende dos formaciones geológicas diferentes. La vertiente oriental corresponde al Batolito Central, compuesto principalmente por granodiorita y en menor proporción por tonelita y adamelita, que datan del período Cretácico y en parte del Terciario (Corvalán & Menizaga 1972). La occidental (Alhué), corresponde a la Formación Farellones, que data del Terciario Inferior (Corvalán & Dávila 1963 – 1964).

 

 

Uso pasado y actual

 

El uso ha sido en gran parte indirecto. Desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX se registra un pastoreo particularmente intensivo. En el cordón pastaban estacionalmente miles de vacunos, cantidad que se ha reducido considerablemente (Letelier, 1986). La intervención antrópica directa está restringida a los senderos que recorren el área y a una instalación de telecomunicaciones en la cima del cerro Cantillana. Actualmente su uso es principalmente recreativo.

 

Valor ecológico

 

El área de estudio forma parte de la zona  Altos de Cantillana  y laguna de Aculeo, la que fue señalada como de importancia para la conservación de la diversidad biológica (Benoit, 1989), debido a la presencia de poblaciones relictas de Nothofagus macrocarpa, otras siete especies vegetales amenazadas del bosque esclerófilo y 37 especies de fauna (Muñoz et al, 1996). Su importancia fue confirmada por Muñoz et al. (1996), al asignársele primera prioridad como sitio de interés para la conservación de la diversidad biológica de Chile. En 1998 la zona fue declarada Área Prohibida de Caza “por presentar un alto interés biológico por los humedales de laguna de Aculeo y por las cadenas montañosas que lo rodean, conformando un área especial biogeográfica (relicto), con un alto valor por su biodiversidad y por su belleza escénica” (SAG, 1998).  Actualmente parte del área ha sido incluida en un área silvestre protegida privada.

 

MÉTODOS

 

 

Para caracterizar las comunidades vegetales, se realizó un muestreo estratificado por  tipo de comunidad definido por los autores con base en la literatura y en observaciones en terreno basadas en parámetros como fisonomía, dominancia y composición.  Los tipos que se seleccionaron son: el bosque de roble de Santiago con Nothofagus macrocarpa; el bosque y matorral de  Lomatia hirsuta (radal);  el matorral subandino, donde las plantas dominantes son Festuca acanthophylla, Mulinum spinosum o Haplopappus velutinus; y el matorral andino de Anarthrophyllum cumingii y Baccharis neaei.

 

Para cada tipo de vegetación se analizaron como mínimo 20 parcelas. El tamaño de las parcelas de muestreo para cada tipo de vegetación se determinó mediante la obtención del área mínima, a través del método del cuadrado creciente (Mateucci & Colma, 1982). Los tamaños obtenidos fueron: 15 x 15 m para las formaciones boscosas y 5 x 5 m, para los matorrales. Para la descripción de las comunidades se estimó la cobertura y la frecuencia de cada especie por comunidad y se estableció la curva área-especie, calculando el área mínima para cada comunidad mediante el método mencionado anteriormente. La cobertura se obtuvo mediante observación directa en las parcelas. La frecuencia corresponde al porcentaje del número de parcelas en que se encontró cada especie, considerando que el número total de parcelas por unidad es el 100%.

 

Riqueza

 

Para homogeneizar el área de muestreo en las diferentes comunidades se hizo una regresión de cada parcela con el número de especies acumuladas. Con esto se obtuvo una ecuación para cada comunidad en la que se fijó el área de una hectárea para calcular la riqueza de especies por unidad de superficie.

 

Diversidad alfa

 

La diversidad alfa se calculó con base en el índice de Simpson, cuya fórmula es:

D: 1/ S å Pi 2 ; donde s es la riqueza de especies, Pi es la proporción de individuos de la especie “i” con relación al total de individuos. El índice de diversidad de Simpson varía entre 1 e infinito; los valores más cercanos a 1 indican baja diversidad, y los que más se alejan de 1 indican alta diversidad  (Begon et al.,  1995).

 

 

RESULTADOS

 

 

1. Bosque de Nothofagus macrocarpa  (roble de Santiago)

El bosque de roble de Santiago se caracteriza por poseer una cobertura vegetal de 131,9% (n=40), un estrato arbóreo, bien definido, con una cobertura de 89%, de la que el 85,8% corresponde a Nothofagus macrocarpa, que además presenta un 100% de frecuencia (Tabla 2). Otras especies frecuentes son: Baccharis neaei, Berberis montana y Alstroemeria cf. zollneriii.

 

En esta comunidad se encontraron 55 especies, cuya relación con el área de muestreo se presenta en la Figura 2.  Además se estimó la cantidad de especies por hectárea, que en este caso alcanzó a 52. La diversidad de Simpson alcanza a 2,28.

 

En cuanto a las formas de vida dominantes; las macrofanerófitas (árboles), alcanzan a un 68% de la cobertura, mientras que las nanofanerófitas, principalmente arbustos, constituyen la parte más importante del estrato arbustivo con un 19%; al que se suman las caméfitas con un 7 %; alcanzando asi a un 26%; las hemicriptófitas alcanzan a un 4% en tanto que las las terófitas y las geófitas a un 2% en conjunto (Figuras 3 y 4).  La fisonomía de la comunidad se muestra en la Foto 1.

 

La comunidad en su composición tiene varias especies propias tales como los arbustos Berberis montana y Senecio eruciformis, que forman parte del sotobosque; Mutisia decurrens, una trepadora; geófitas como Alstroemeria revoluta, A. zoellnerii y A. garaventae; las terófitas como Phacelia brachyantha y Quinchamalium parviflorum son especies que aparecen ocasionalmente con baja cobertura y frecuencia, crecen en pequeños claros del bosque, siendo la segunda bastante frecuente (Tabla 2).

 

 

2.  Bosque de Lomatia hirsuta (radal)

 

Se caracteriza por la dominancia en el estrato arbóreo de Lomatia hirsuta (radal), cuya cobertura alcanza 19% y su frecuencia a un 100%. Otras especies frecuentes fueron: Festuca acanthophylla, Baccharis neaei y Acaena splendens.La cobertura de la veegtación alcanzó a un 61%.

 

La riqueza de especies fue de 58, su relación con el área de muestreo se muestra en la Figura 5. El número de especies estimadas para una hectárea es de 70. El índice de diversidad de Simpson registró un 8,05.

 

La estratificación por altura muestra un 36 % de cobertura de las especies de porte arbóreo; un 36% de arbustos y un 28% de hierbas (Figura 6).  Las formas de vida dominantes por cobertura son las macrofanerófitas (36%), seguidas por las hemicriptófitas (27%), las nanofanerófitas (22%) y las caméfitas (14 %) (Figura 7). El aspecto de la comunidad se muestra en la Foto 2.

 

Algunas especies que se encontraron sólo en esta comunidad son: Lomatia hirsuta, Baccharis racemosa, Galium hypocarpium, Tristerix corymbosus y Azara petiolaris. En esta comunidad se registró la mayor riqueza de macrofanerófitas: Lomatia hirsuta, Nothofagus macrocarpa, Maytenus boaria, Aristotelia chilensis, Azara petiolaris, Kageneckia angustifolia y Tristerix corymbosus (Tabla 3).

 

 

3.  Matorral subandino

 

Esta comunidad se caracteriza por la dominancia de especies como Baccharis neaei, Mulinum spinosum, Festuca acanthophylla y Schinus montanus (Tabla 4), siendo además de las más abundantes, las más frecuentes.

 

La riqueza de especies de la comunidad fue de 43, su relación con el área de muestreo se muestra en la Figura 8.
La riqueza estimada para una hectárea fueron 71 especies. El índice de diversidad de Simpson alcanzó a 11,52.

 

El estrato arbustivo es dominante, con un 63% de cobertura, apenas un 7% corresponde al estrato arbóreo (Figura 9), cuya especie dominante es Kageneckia angustifolia; lasplantas herbáceas alcanzan a un 30 %, siendo Carex andina, Sisyrinchium cf. cuspidatum y Acaena splendens, las más abundantes o frecuentes. Las formas de vida con mayor cobertura son las nanofanerófitas (35%), las hemicriptófitas (30 %) y las caméfitas, con 28 % (Figura 10). El aspecto de la vegetación se muestra en la Foto 3.

 

Especies localmente características de esta comunidad son Colletia hystrix, Guindilia trinervis y Adiantum sulphureum (Tabla 4).

 

4. Matorral andino

 

Las especies dominantes y las más frecuentes en esta comunidad son Anarthrophyllum cumingii y Baccharis neaei ; otras especies frecuentes o abundantes son Euphorbia cf. portulacoides, Senecio francisci y Adesmia cf. hirsuta (Tabla 5).

 

Esta comunidad se caracteriza por ser la de menor riqueza, con 23 especies, su  relación con el área de muestreo se ve en la Figura 11. La riqueza estimada para una hectárea fueron 37 especies. El índice de diversidad de Simpson alcanzó a 2,6.

 

La cobertura de la vegetación alcanza en promedio a 62% (Tabla 5). Es la única comunidad en la que no existen árboles; el estrato arbustivo es dominante con un 87 % de la cobertura (Figura 12). Las formas de vida dominantes son las nanofanerófitas con un 84%, seguidas por las hemicriptófitas con 8% y las caméfitas con 4 % (Figura 13). Aspectos fisonómicos de la comunidad se muestran en las Fotos 4 y 5 .

 

En el matorral andino crecen varias especies que no se encuentran en las otras comunidades, tales como la caméfita Adesmia cf. hirsuta, la terófita Collomia biflora y varias hemicriptófitas como Calceolaria cf. campanae, Calandrinia affinis, Montiopsis gayana, Convulvulus demissus, Perezia carthamoides y Hordeum pubiflorum ssp. halophilum (Tabla 5).

 

 

DISCUSIÓN

 

Los antecedentes bibliográficos indican la existencia de al menos tres tipos de comunidades en el área de estudio. Gajardo (1994), propone a las formaciones del bosque caducifolio de Santiago y del matorral espinoso de la cordillera de la Costa. Villagrán et al (1994), a su vez, distingue robledales (equivalente a la formación que señala Gajardo), y  vegetación altoandina.

 

Según Gajardo (1994), el bosque caducifolio de Santiago es un tipo de comunidad formado por Nothofagus macrocarpa y elementos del bosque esclerofilo como Cryptocarya alba, Quillaja saponaria o Lithrea caustica, sin embargo, estas especies no están presentes en el área de estudio debido a que se encuentra por sobre el límite de altitud del bosque esclerofilo. La comunidad del bosque de robles muestreada en el estudio corresponde a un bosque monoespecífico que presenta, sin embargo, algunos elementos coincidentes con la propuesta del autor tales como los árboles Azara petiolaris, Aristotelia chilensis, Schinus montanus y el arbusto Ribes punctatum. La presencia de especies características del matorral subandino local en el bosque de roble tales como Senecio eruciformis y Baccharis neaei, da indicios de la penetración del matorral en el bosque. El bosque de robles de Altos de Cantillana presenta varias especies comunes con el de La Campana, en la Región de Valparaíso, considerado el límite norte de este tipo de comunidad; entre ellas Schinus montanus, Vicia magnifolia y Berberis actinacantha (Villaseñor & Serey, 1980). Esta comunidad pertenece, de acuerdo con la propuesta de Luebert & Pliscoff (2006) al piso del Bosque caducifolio mediteráneo costero de Nothofagus macrocarpa y Ribes punctatum; cuya distribución comprende alturas de la cordillera de la Costa entre las Regiones V, Metropolitana y VI; entre 1000 y 2200 m de altitud.

La comunidad bosque de radal no registra antecedentes, sin embargo Villaseñor y Serey (1980) y Gajardo (1994), señalan a Lomatia hirsuta (radal), como especie característica o acompañante en el bosque de Nothofagus macrocarpaPor la composición de especies, de acuerdo con la clasificación de pisos de Luebert & Pliscoff (2006) esta comunidad podría corresponder a una comunidad también perteneciente al piso del Bosque caducifolio mediterráneo costero de Nothofagus macrocarpa y Ribes punctatum.

 

El matorral espinoso de la cordillera de la Costa propuesto por Gajardo (1994),  para las áreas cubiertas de matorral subandino y matorral andino, corresponde a una formación que se encuentra muy por debajo el área de estudio. La asociación de Gajardo más similar a la encontrada corresponde a la de Kageneckia angustifolia-Guindilia  (Valenzuelia) trinervis, donde, además de las dominantes, son comunes también Mulinum spinosum, Acaena splendens y Schinus montanus. Si bien no se registra una cita para la cordillera de la Costa, por su composición de especies y fisonomía, la vegetación subandina de los altos de Cantillana podría encuadrarse en el piso del Bosque esclerofilo mediterráneo andino de Kageneckia angustifolia y Guindilia trinervis (Luebert y Pliscoff (2006).

 

El matorral andino de los Altos de Cantillana presenta varias especies en común con la formación Mulinum spinosum - Chuquiraga oppositifolia, de la Estepa Altoandina de la cordillera de Santiago (Gajardo, 1994), tales como Anarthrophyllum cumingii, Carex (setifolia) andina, Calandrinia affinis, Berberis empetrifolia y Acaena splendens. La estepa arbustiva de altura del PN La Campana (Villaseñor & Serey, 1980), presenta más elementos similares con el matorral subandino de altos de Cantillana que con el matorral andino. Para Luebert & Pliscoff (2006), esta comunidad se incluye en el piso del Matorral bajo mediterráneo costero de Chuquiraga oppositifolia y Mulinum spinosum; distribuido en las cumbres de la cordillera de la Costa, entre las Regiones V, Metropolitana y VI, sobre 1900 m de altitud.

 

 

Riqueza

 

Las comunidades que presentan el mayor número de especies/ha, son el matorral subandino (71) y el bosque y matorral de radal (69,8); mientras que el bosque de robles muestra 52 y el matorral andino, 37,3 (Tabla 6-Figura 14). La distribución de la riqueza da cuenta, en cierta medida, del gradiente altitudinal de riqueza de la flora, el que en este caso presenta su mínimo en la parte más alta del área de muestreo.

 

Cobertura

 

En cuanto a la cobertura vegetal de las comunidades, el bosque de roble de Santiago  fue el que presentó los mayores valores, con una media de 131,9% (Tabla 6 y Figura 15). Lo que explica su alto porcentaje de cobertura, respecto de las otras comunidades, es que es la única que presenta un estrato arbóreo continuo que representa más del 50% de la cobertura total.


Los valores correspondientes al resto de las comunidades indican que la altitud no representa una limitante importante para la abundancia de la vegetación, ya que el matorral andino, distribuido en los sitios con mayor altitud presenta valores semejantes al matorral subandino y al bosque de radal (Tabla 6 y Figura 15).

 

Diversidad alfa y homogeneidad en las comunidades

 

En relación con la variación de la diversidad alfa en las comunidades, medida como índice de Simpson; la comunidad que muestra el mayor valor es el matorral subandino, seguido por el bosque de radal; los con índice menor, a su vez, son el matorral andino y el bosque de robles (Tabla 6). El matorral subandino es el que presenta el índice de diversidad más alto (D = 11,52), debido a su alta homogeneidad (E = 0,27) y a que tiene la mayor riqueza estimada para una hectárea (71 especies); presenta, al menos, cuatro especies dominantes: Baccharis neaei (11,5% de cobertura y 100% de frecuencia), Mulinum spinosum (8,3% de cobertura y 75% de frecuencia), Festuca acanthophylla (7,65% de cobertura y 95% de frecuencia), y Schinus montanus (5,15% de cobertura y 85% de frecuencia). Un estudio realizado en el matorral subandino de la quebrada de Ramón (Teillier & Tomé, 2001), mostró que para un rango similar de altitud,  la comunidad presenta una diversidad de 12,5 y una equitatividad de 0,3, valores similares a los encontrados en este estudio. El bosque de radal posee el segundo índice de diversidad  más alto (D = 8,05), aun cuando existe una especie dominante, Lomatia hirsuta, (19% cobertura), influye favorablemente en el índice de diversidad el alto número de especies encontradas en la comunidad. El matorral andino posee un índice menor (D = 2,6), ello debido a la alta dominancia de Anarthrophyllum cumingii (33% de cobertura), y Baccharis neaei (19% de cobertura). Otro factor que afecta a la diversidad es una menor riqueza respecto de las otras comunidades. El bosque de robles presenta el valor más bajo (D = 2,28), a pesar de tener una alta riqueza. Ello se debe a que se trata de un bosque monoespecífico siendo Nothofagus macrocarpa la única dominante (86% de cobertura). Presenta, además, una muy baja homogeneidad  (E = 0,04).

 

CONCLUSIONES

 

 

 

 

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 

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Citar este artículo como:  

Romero, F. & S. Teillier. 2009. Caracterización de las comunidades vegetales subandinas y andinas en los altos de Cantillana. Cordillera de la Costa, Región Metropolitana. Chile. Chloris Chilensis Año 12. Nº 1. URL://www.chlorischile.cl

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